El embarazo supone multitud de cambios físicos y después del parto es difícil que todo vuelva a su sitio de forma natural. Por esta razón, en nuestra clínica de medicina estética en Barcelona tenemos diferentes tratamientos para solucionar problemas como el sobrepeso, estrías, varices, etc.
El aumento de peso durante el embarazo no debería sobrepasar los 12 Kg. Cada mujer experimenta los cambios de forma progresiva. Durante el primer trimestre es frecuente observar una disminución pero el aumento de peso es más acentuado en el tercer trimestre. A pesar de tener buenos hábitos alimenticios y una actividad física adecuada, hay mujeres que aumentan más de 12 Kg durante el embarazo, debido a un cambio hormonal o a una retención de líquidos muy acusada. En estos casos, una vez acabado el periodo de lactancia (si lo hay) podemos ajustar una dieta especial para embarazadas, tratamientos de mesoterapia corporal para eliminar la acumulación de exceso de líquido o incluso carboxiterapia para ayudar a disolver los nódulos de grasa.
Las estrías se producen por un aumento de la laxitud de la piel. Son más acentuadas en mamas, abdomen, caderas, piernas y genitales. Se recomienda una hidratación cutánea adecuada durante el embarazo. Sin embargo, en ocasiones no es posible evitar su aparición. Existen tratamientos que pueden evitar que empeoren o detener su aparición como, por ejemplo, la mesoterapia que favorece la regeneración de colágeno. Como resultado produce una mejora en la calidad de la piel y de la estría dependiendo de la fase que sea tratada. Si las estrías reciben tratamiento de forma precoz obtendremos mejores resultados.
La celulitis o adiposidad localizada depende de múltiples causas. Durante el embarazo y lactancia el efecto de las hormonas sobre el tejido celular subcutáneo puede favorecer la aparición y la reafirmación de la celulitis. Suelen mejorar al finalizar la lactancia. Es necesario realizar una valoración médica integral de cada paciente, ya que influyen diferentes factores. Dependiendo del grado en el que se encuentre podemos valorar hacer una dieta personalizada combinada con sesiones de mesoterapia o carboxiterapia. Estos tratamientos son aceleradores de la disminución de grasa localizada con unos resultados a corto/medio plazo.
Durante el tercer trimestre el retorno venoso de las piernas se altera de forma normal, por el efecto compresivo del útero sobre las venas ilíacas que recogen la sangre desoxigenada de las piernas. Suele aparecer por las tardes y mejorar por las mañanas. Llevar una dieta equilibrada, poner las piernas en alto y hacer ejercicio moderado ayuda a aliviar la retención. Aun así, hay mujeres que incluso con todas estas recomendaciones son propensas a retener líquidos y seguirán reteniendo durante el embarazo. A partir del parto perderán paulatinamente líquido, no obstante podemos ayudar a que esa eliminación sea más rápida. La presoterapia y el drenaje linfático ayudan a reactivar la circulación, el retorno venoso y, como resultado, elimina la hinchazón y la retención.
Las varices aparecen en cualquier momento. Durante las fases iniciales suelen tener muy buen pronóstico y en algunos casos mejoran al finalizar la lactancia. Las clases funcionales I (arañas vasculares o telangiectasias) y II (varices reticulares) suele mejorar con tratamiento ambulatorio como la esclerosis venosa. A partir de la clase funcional III, con presencia de edema (hinchazón), cambios en la pigmentación de la piel o úlceras; requieren pruebas diagnósticas complementarias y un tratamiento probablemente más invasivo (cirugía). Existe un tratamiento que consiste en la infiltración de un medicamento en la zona a tratar, que ayuda a la disolución de esa hinchazón venosa. Mejora su aspecto y ayuda a eliminar el dolor producido por las varices.
Las manchas en la piel que aparecen durante el embarazo suelen desaparecer al finalizar la lactancia. Sin embargo, es posible que persista alguna zona de hiperpigmentación. Tratamientos como el peeling químico, láser (IPL) o microdermoabrasión ayudan a la eliminación paulatina de las poco estéticas manchas en la piel. Para ello, un profesional debe evaluar el tipo de mancha, características de la piel de la paciente, etc., para poder hacer un buen diagnóstico.
Cada persona y embarazo son muy diferentes. Hay que valorar la constitución y anatomía de la mama antes, durante y después del embarazo. Hay que realizar una historia clínica detallada con antecedentes familiares, tomando en cuenta la respuesta al estímulo hormonal normal. Este aspecto es muy variable. Las mamas habitualmente vuelven al estado habitual antes del embarazo, sin embargo, con los ejercicios adecuados, cremas y mascarillas tonificantes podemos ayudar a mejorar el estado de la piel.
Los cambios hormonales, el estado nutricional, la actividad metabólica, el descanso y el estrés pueden producir alteraciones a nivel capilar. Incluso siendo madre lactante se pueden valorar tratamientos capilares en algunas pacientes, ya que no influye en el proceso de lactancia. El PRP Capilar (Plasma Rico en Plaquetas) podría ser uno de los tratamientos a valorar ya que inyectamos el propio plasma tratado de la paciente, ayudando a aumentar la densidad y fortaleza del cuero cabelludo. Una de las grandes ventajas del uso de PRP es que al ser una sustancia biológica fabricada por nuestro organismo produce pocas reacciones adversas.
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